En la mayoría de los casos (especialmente en el traspaso de la primera a la segunda generación), la dificultad no se encuentra tan sólo en la mera sustitución de un líder por otro, sino que tiene implicaciones importantes en la organización, la estructura y la competitividad de la empresa. Como riesgo añadido, la sucesión suele coincidir en el tiempo con unas circunstancias complicadas en la empresa, la denominada “triple coincidencia”: un relevo en el liderazgo; una empresa, unos productos y una organización envejecidos y obsoletos; y una necesidad urgente de implantar un nuevo sistema de organización adecuado al nuevo líder y a los nuevos retos.
a) La sucesión es un proceso
La sucesión es el proceso más complejo y trascendente para la continuidad de la empresa familiar. No se trata de un momento determinado en la vida de la empresa, sino de un proceso planificado con mucha antelación, que debe valorar factores muy diversos y gestionarlos de una forma equilibrada, racional y objetiva.
• Es inevitable
El éxito de la sucesión es la condición necesaria básica para la continuidad de la empresa familiar en las generaciones sucesivas. Puesto que es evidente que la sucesión es inevitable, es necesario planificarla con tiempo suficiente y voluntad firme y se ha de tener claro que es un proceso que hace falta prever y planificar. Cuando un empresario familiar entiende que su sucesión es uno de los objetivos principales para acabar con éxito su carrera profesional y comienza a planificarla con tiempo suficiente y paso decisivo, se ha hecho un gran favor a si mismo, a la empresa y a la familia.
Originalmente publicado en el libro “Manual de la Empresa
Familiar”, publicado por el Foro de la Empresa Familiar de las Cámaras Vascas (Eusko Ganberen Familia Enpresaren Erakundea), País Vasco,
España, 2008.
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