lunes, febrero 16, 2009

La Organización de la Familia Empresaria (I)

Garantizar la continuidad de la empresa familiar es la principal preocupación de las familias empresarias y para ello es necesario no sólo que la empresa funcione bien en el mercado, sea competitiva, expansiva y rentable, sino que la familia propietaria responda de forma unida y armónica a los retos de la empresa y la familia. De este modo será posible el doble objetivo de la continuidad: la supervivencia de la empresa en el mercado y preservar el patrimonio en manos de la familia.

En este contexto, los estudios indican que gran parte de los fracasos sucesorios en las empresas familiares se deben más a los conflictos, tensiones y discrepancias familiares que a problemas estrictamente empresariales. Y es que, como sabemos, la empresa familiar tiene ventajas evidentes que nacen de los valores esenciales de la familia, pero también cuenta con trampas peligrosas que tienen su origen en la confusión de la dirección estratégica de una empresa con la vida familiar.

Un ejemplo: Ventajas del proceso de organización de Fernando Carrasco SA

En opinión de Fernando Carrasco, fundador, máximo accionista y presidente ejecutivo de la empresa Fernando Carrasco SA, el decálogo del proceso de organización de una familia empresaria debería ser:

1. Fomentar y perfeccionar el conocimiento histórico de la compañía y principales hitos hasta el momento.

2. Analizar el grado de identificación e implicación que se quiere asumir y se cree que exige la asunción de la dirección de la empresa.

3. Mejorar en lo posible los recursos naturales propios con formación apropiada a la responsabilidad.

4. Captar la filosofía y la imagen que el mercado reconoce en la compañía y fomentar su expansión y aprovechamiento.

5. Elaborar una nueva filosofía de objetivos, gestión y representación más acorde y exigente con el presente y encaminada a nuevos y mayores logros.

6. Desarrollar un espíritu crítico que permita no invalidar lo bueno por conocido e introducir un concepto de "mira" empresarial más elevado.

7. Ahondar en la templanza, la perseverancia, la constancia, la fortaleza y la serenidad de espíritu, así como en la capacidad de diálogo y análisis.

8. Cultivar generosamente la comunicación con otros líderes de la compañía. Valorar a cada uno y valorarse a uno mismo.

9.
Promover el sentido del cambio pero también el de la coexistencia, construyendo empresa aún en los procesos de cambio más radicales que se precisen.

10. Atesorar la experiencia anterior de liderazgo imprimiendo nuevo carácter; evitando, eso sí, el "culto a la personalidad".


Originalmente publicado en el libro “Manual de la Empresa Familiar”, publicado por el Foro de la Empresa Familiar de las Cámaras Vascas (Eusko Ganberen Familia Enpresaren Erakundea), País Vasco, España, 2008.

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