a) Propiedad y gestión
El gobierno de la empresa tiene la responsabilidad de establecer la estrategia y las grandes líneas de actuación, velando por su cumplimiento para preservar la propiedad. En casos de empresas familiares complejas, es recomendable que sean diferentes miembros quienes ocupen cargos en la gestión y en el gobierno.
• Propiedad y gestión de la empresa
Los expertos recomiendan que la cultura familiar establezca con claridad la diferencia entre propiedad y gestión. Los propietarios tienen una serie de derechos y de obligaciones inherentes a la titularidad de las acciones. Las obligaciones de los gestores, en cambio, tienen que ver con sus responsabilidades en la ejecución de las grandes líneas de decisión marcadas por la propiedad.
Por este motivo, es vital que la gestión de la empresa familiar esté compuesta por los profesionales más adecuados (familiares o no), tanto por su formación y experiencia como por su rendimiento.
• Gestión y gobierno de la empresa
La gestión de la empresa familiar consiste en ejecutar las tareas necesarias para un buen funcionamiento en el día a día, cumpliendo las decisiones y objetivos ordenados por el gobierno de la empresa. El gobierno de la empresa familiar tiene la responsabilidad de establecer la estrategia y las grandes líneas de decisión de la empresa y velar por su cumplimiento. Los responsables del gobierno no pueden ser los mismos que los responsables de la gestión, y el ámbito donde se toman las decisiones no puede ser el mismo que donde se desarrolla el día a día.
El órgano de gobierno natural en una sociedad mercantil es el Consejo de Administración, que sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la empresa familiar. Los accionistas tienen derecho a ser representantes y a formar parte del Consejo, pero es recomendable que se lleve a cabo un proceso de profesionalización, de forma que los familiares accionistas que integren el órgano de gobierno tengan la formación suficiente, un conocimiento amplio de la empresa y del sector y unos conocimientos financieros y contables mínimos, para que su aportación sea positiva y valiosa.
• Heredar acciones o heredar capacidades
Como se ha visto anteriormente, es importante que las familias empresarias entiendan que las capacidades suficientes para formar parte de los órganos de gestión o de gobierno no son heredables necesariamente. Siempre que la familia se pueda dotar de profesionales que estén a la altura de las exigencias de las responsabilidades de los cargos disponibles, su ingreso o permanencia en estos órganos tiene una justificación. Ser propietario o tener acciones de la empresa (que sí se pueden heredar), implica al menos una formación básica que permita tener una visión con un criterio que aporte calidad a la toma de decisiones sobre la propiedad.
Originalmente publicado en el libro “Manual de la Empresa
Familiar”, publicado por el Foro de la Empresa Familiar de las Cámaras Vascas (Eusko Ganberen Familia Enpresaren Erakundea), País Vasco,
España, 2008.
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