miércoles, diciembre 03, 2008

Diez problemas comunes de las familias empresarias (II)

b) Conflictos entre accionistas activos y pasivos

Sucede cuando hay luchas encarnizadas o conflictos abiertos entre miembros de la familia. Es normal que a este nivel de la relación, discutan entre ellos por varias razones, entre las que destacan la estrategia de negocio, el liderazgo, la falta de confianza en las habilidades de otros miembros de la familia o la divergencia de intereses, creando un ambiente de gestión hostil y dificultad productiva.

c) La empresa como oficina de colocación de familiares

Cuando se entiende la empresa simplemente como una vaca de la que los miembros de la familia pueden ordeñar dinero, la familia no invierte en el negocio, se modifica el foco principal de actuación hacia el incremento de recursos que puedan extraerse de la empresa en forma de salarios, emolumentos, dividendos y derivados. De este modo, se reduce la riqueza del negocio y se fuerza la dimisión de los buenos ejecutivos, pues ya no existen perspectivas de crecimiento. Tarde o temprano, el negocio entrará en una espiral descendente de crisis.

d) Sucesores frustrados o desautorizados

Si las generaciones sucesoras son incapaces de tomar la plena responsabilidad empresarial pueden perder la motivación y conformarse con lo que hay, convirtiéndose en ejecutores mecánicos y no en empresarios emprendedores.

e) Comparaciones entre familiares empleados de diferentes estirpes

Hijos e hijas del emprendedor a veces caen en una trampa competitiva. Puede ocurrir si el método de distribución de la propiedad y las responsabilidades en los cargos desarrollado por el empresario se ha vuelto obsoleto y, al mismo tiempo, es difícil adquirir nuevas habilidades porque el negocio está desactualizado.

f) Nuevas generaciones desinformadas y poco motivadas

Una costumbre que suele verse en familias empresarias con una tradición de comunicación escasa, es la falta de motivación de las siguientes generaciones. “No se puede amar lo que no se conoce”, reza el viejo adagio, y es verdad: en la medida en que los hijos van creciendo su relación con la empresa puede desarrollarse, hasta el punto de crear verdaderos vínculos afectivos entre las siguientes generaciones y el legado empresarial de la familia.

g) Organización y negocio maduros, falta de espíritu emprendedor

El negocio puede sufrir atrasos estratégicos y de organización que ponen en peligro su éxito financiero y su competitividad. Este atraso puede ser originado porque la persona que normalmente toma la decisión final tiene menos energía que en el pasado, porque el empresario es incapaz de lidiar con un negocio tan cambiante o porque al empresario le cuesta poner en marcha proyectos a largo plazo.


Originalmente publicado en el libro “Manual de la Empresa Familiar”, publicado por el Foro de la Empresa Familiar de las Cámaras Vascas (Eusko Ganberen Familia Enpresaren Erakundea), País Vasco, España, 2008.

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