miércoles, noviembre 26, 2008

Errores frecuentes de las familias empresarias (II)

c) No saber diferenciar a la familia de la empresa

Es una confusión que se da muy a menudo y que produce ineficiencias importantes a la empresa: creer que el solo hecho de ser familia y accionista da un acceso inmediato e indiscutible a trabajar en la empresa o a formar parte del Consejo de Administración, sin tener en cuenta en ningún momento las capacidades y aptitudes de la persona.

Es decir, a lo que se tiende es a no separar los lazos de afecto de los lazos contractuales. La trampa en la que cae la empresa familiar es creer que los aspectos o características de las dos instituciones pueden solaparse o peor aún, reemplazar unas a otras en la labor diaria.

Ejemplo: Grupo Sánchez Ramade

Actualmente, el grupo (de obligada referencia en Andalucía) desarrolla actividades en los sectores de construcción, promoción, grandes superficies de venta de electrodomésticos, venta mayorista de informática, automoción y ocio.

El presidente del grupo, Eugenio Sánchez-Ramade, afirma en un a entrevista que "la premisa básica de nuestra política empresarial podemos concretarla en una planificación estratégica de diversificación de la actividad con el objetivo principal de conseguir expansión y reinversión".

En su opinión, una de las claves y señas de identidad ha sido saber alternar las características intrínsecas de las sociedades como empresas familiares con la profesionalidad en la gestión y la especialización. "No tenemos accionistas externos pero sí asesores externos. Los miembros de la familia son quienes tienen la responsabilidad empresarial de los diferentes órganos de gobierno pero, en el grupo, mis hijos no son mis hijos, son y ejercen de consejeros delegados y yo no soy el padre, soy el presidente del Consejo de Administración", aclara.

En el caso del Grupo Sánchez Ramade, los diferentes negocios de la familia están bajo las órdenes de uno de los hijos. Eugenio hijo cree que la sucesión se ha de tratar con mucho cuidado. "La generación que gobierna debe desarrollar la sucesión e ir cediendo el poder poco a poco a las siguientes generaciones. Es un elemento muy complejo".

Eugenio Sánchez hijo recuerda además que en el caso de las empresas del grupo existen tres generaciones trabajando codo a codo. La clave, asegura, es mucho trabajo, ilusión y reinversión, algo que su padre les ha inculcado desde que entraron en la empresa.

Otra lección valiosa es la separación entre familia y empresa. Eugenio hijo reconoce que es importante diferenciar las relaciones empresariales de las familiares. "Por un lado, está la vida empresarial que se desarrolla de lunes a viernes. Si no, 'viviríamos' todo el día la empresa y eso puede terminar agotando."

d) Los flujos económicos

Las confusiones de flujos económicos son básicamente tres: en primer lugar, que el hecho de ser familiar tenga como consecuencia una retribución del trabajo sistemáticamente superior o inferior a la del mercado; en segundo lugar, que gastos propios de la familia se hagan efectivos contra la caja de la empresa; y, en tercer lugar, no entender que el accionista tiene derecho a percibir un dividendo con unas determinadas condiciones y a recibir información sobre el funcionamiento de la empresa.

Usualmente estas situaciones se presentan cuando la empresa no cumple con las reglas del mercado para generar y repartir adecuadamente su valor económico, alterando así la correcta separación de la economía “de la empresa” y “de la familia”.


Originalmente publicado en el libro “Manual de la Empresa Familiar”, publicado por el Foro de la Empresa Familiar de las Cámaras Vascas (Eusko Ganberen Familia Enpresaren Erakundea), País Vasco, España, 2008.

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