jueves, mayo 05, 2005

La importancia de Iván Boszmormenyi-Nagy y sus "Lealtades Invisibles" (II y final)

Boszormenyi-Nagy y Spark nos revelan en Lealtades Invisibles el “gran secreto” que esconden todas nuestras familias: el Libro de Cuentas que guarda las acciones que nos han hecho merecedores o no del afecto o el odio de nuestro grupo.

Si bien la obra se presenta en una traducción poco diáfana y muy densa en lenguaje y material técnico, la genialidad del autor se revela en la esencia de cada capítulo, más allá de las trabas que pueda imponer el lector, bien sea porque se excusa con su ignorancia o con sus propios miedos a descubrir las manipulaciones de las que es actor activo y pasivo. No es fácil entenderlo a la primera. De hecho, es una lectura que exige un grado poco usual de compromiso por parte del lector con la forma y el fondo del contenido.

Como bibliografía de la formación de quien pretende comprender el sistema familiar, es definitivamente imprescindible. Nagy viene navegando por turbulentas aguas y seguro rumbo desde sus primeras publicaciones en revistas especializadas en temas neurológicos y bioquímicos, hasta las hacernos llegar a las reveladoras claves de la intrincada trama psíquica, conductual y emocional: granaría suficiente que nos da energías para seguir, pues sabemos que estamos siendo conducidos por un experto y sabio conocedor del tema. El aporte de Iván Boszormenyi-Nagy al estudio de la sistémica familiar ha trascendido sus propias fronteras. Entre muchas otras corrientes derivadas, se puede encontrara la filosofía práctica de las Constelaciones Familiares, de Hellinger, ampliamente difundida por el mundo.

Quizás el descubrimiento más revelador se encuentra en la mente del lector. No hace falta ser muy hábil para darse cuenta de que la realidad a la que se refiere al autor atañe directamente a quien lo lee. El hecho de sentirse uno con el grupo, bien porque estamos en deuda o bien porque necesitamos de ella, nos delata en nuestra propia condición de pertenencia a un colectivo. Bien lo decía Carl Withaker: “Yo no creo en el individuo, creo en su familia”.

En esta obra puede percibirse que en las relaciones familiares existen leyes que las ordenan y regulan, un tipo de contabilidad que va balanceándose en búsqueda permanente del equilibrio. Aquí podemos encontrar las razones de por qué en la práctica de la profesión del consultor de sistemas familiares es habitual toparse con hechos absurdos, causados por la lógica irracional e inconcebible que muchas veces controlan hacen la naturaleza humana, precipitando nuestra sensación de impotencia como auxiliares del proceso. No en balde, las respuestas que encontramos en este libro que da la razón a lo incomprensible, se convierten después de su lectura en una base de lección para la humildad, que deja a un lado cualquier tipo de prepotencia o prejuicio ante los clientes del consultor.

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