Priscilla de Moustier, representante de la novena generación de la familia Wendel, ha anunciado el tercer centenario desde su fundación de la familia empresaria Wendel.
El punto más importante que se destacó a lo largo de la charla fue el amor de la familia por el trabajo duro y por la compañía, lo cual les ha permitido conservar el control de la mayoría del grupo accionario de sus empresas hasta el día de hoy. A simple vista pareciera que la empresa familiar ha tenido un crecimiento fuerte y optimista durante todos estos años, pero la realidad dista mucho de la estrecha visión que pudiera generar “a priori” un extraño espectador al proceso de sucesión generacional. Varios factores se han destacado como claves a lo largo de la historia:
La capacidad de adaptación al cambio, presente sobre todo en los momentos de los grandes hitos históricos en el entorno de esta empresa (dedicada en sus orígenes a la industria del hierro), como la Revolución Francesa en 1789, la evolución de la tecnología hacia la era del acero, las guerras con Alemania en 1870, 1914 y 1939, que desplazaron las fronteras donde se ubicaban sus instalaciones (dando como consecuencia la confiscación de los bienes y nuevas nacionalidades sobre la propiedad), pasando finalmente por los procesos de nacionalización de la industria francesa y la grave crisis del sector en los años setenta del siglo XX.
Su cultura y valores de empresa familiar, que los ha proyectado como ciudadanos comprometidos con su comunidad y la gente de su región a través de la confianza que mutuamente se han depositado, especialmente en los momentos de mayor adversidad.
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