Uno de estos mecanismos, y de los más citados es la Carta Magna Familiar, Protocolo Familiar o Constitución Familiar, la cual consiste en un “documento escrito que establece las pautas fundamentales que han de regir las cuestiones más críticas y las políticas más importantes para el conjunto Familia-Empresa”. “... un protocolo familiar que debe definir la forma de gobierno; las técnicas de antidispersión de la propiedad de las acciones y participaciones sociales; la gestión; administración y representación; las técnicas de defensa y el consejo familiar”. De la experiencia que el consultor especializado en Empresas Familiares en Brasil, se afirma que “es indispensable para el éxito de la empresa familiar el establecimiento de un ‘Acuerdo de Familia’”.
... el Protocolo pone las reglas de juego para gobernar el negocio en forma eficiente... trata de buscar la forma de maximizar el valor de la empresa a través del tiempo, enfoca el proceso de sucesión en todos sus aspectos y busca el órgano de dirección que pueda dictar políticas y estrategias a mediano y largo plazo... es tan importante el tema que estoy seguro va a dar para varios artículos y conferencias en el futuro.
Estas “reglas de juego” son las políticas generales en las que se debe basar este documento. Una vez que estas se definan se podrá comenzar el proceso de la redacción de la Carta Magna. “Las políticas siempre existen, estén escritas o no”. O, como enuncian “las políticas toman formas de poderosas sentencias como ‘Esa es la forma en que Papá lo quería’. ‘Esa es la forma en que siempre se ha hecho aquí’. ‘Así es cómo nuestra familia lo hace’”.
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