martes, septiembre 06, 2005

P: Es difícil hablar de equipos de trabajo donde no existan conflictos ni intereses encontrados, pero en el caso de hermanos dirigiendo una empresa, el tema pude llegar a puntos sorprendentes. Uno de los problemas está en la transmisión de esa cultura de rivalidad hacia la siguiente generación En lugar de ayudarlos a resolver conflictos, puede que los oculten. En lugar de fomentar la capacidad de comunicación, pude que desarrollen un sistema en el que los padres se dirigen a los hijos individualmente. ¿Qué puede hacerse por la empresa y los hijos de estas generaciones de tradición de conflicto?

R: Lo que sí es importante es que entendamos que el problema entre iguales no es tanto la falta de una buena calidad de comunicación, sino la carencia de un verdadero diálogo. Por lo tanto, si esto es cierto, debemos entender que el diálogo surgirá de una comprensión profunda de lo que realmente significa la disposición a hablar entre iguales. Desde nuestra experiencia te puedo decir que todo tiene solución: siempre y cuando exista un mínimo de intención de arreglar las cosas, se puede conducir un diálogo ordenado entre personas que forman parte de una empresa familiar con sus múltiples problemas, pero también con sus grandes ventajas y fortalezas. De otra forma no se puede siquiera pensar en una resolución de conflictos de forma amistosa.
Recuerdo que un compañero me comentó una vez (creo que la cita era de Craig Aronoff), que existió el caso de un consultor que fue a visitar a unos hermanos que atravesaban un conflicto severo en su empresa familiar. Al regresar a su oficina su asistente le preguntó por sus primeras impresiones del caso, y aquel le contestó: "Existen dos soluciones: una inteligente y una milagrosa. Si llegara un ángel del cielo y esparciera un polvo milagroso sobre los hermanos, estos se reconciliarían en un santiamén y la empresa tendría salvación. Esta es la solución inteligente. La milagrosa sería que los hermanos se sentaran a hablar y resolver sus diferencias como dos seres humanos sensatos".

Versión en castellano del artículo publicado originalmente en Emprèn.

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