martes, septiembre 20, 2005

La vuelta al cole (II)

En Latinoamérica (a parte de las precursoras clases del IESA en Caracas a mediados de los ochenta), las cátedras pioneras se han desarrollado en los países del Cono Sur. En 1991 se creó en Chile la Cátedra de Empresas Familiares Albert von Appen en la Universidad Adolfo Ibáñez, que dio paso posteriormente al Centro de Empresas Familiares, al mismo tiempo que se dictaban en Argentina los primeros seminarios a cargo del Centro de Empresas Familiares (CEFam) y la Cátedra de Empresas Familiares del IAE. Cinco años después, con un enfoque interdisciplinario, se creó la Cátedra Libre de Empresas Familiares Léon A. Danco, en la Universidad de Flores (UFlo) en Buenos Aires. El segundo foco en importancia de estudios en el continente se generó en México: el Centro de Desarrollo de la Empresa Familiar del Instituto Tecnológico Autónomo de México (CEDEF), el CEFAM del Tecnológico de Monterrey y el Centro de Empresas Familiares, fundado en 1999, en la Universidad de Monterrey, creada con el propósito de apoyar la continuidad de los negocios y firmas familiares.

Aunque el siglo XXI ha visto el nacimiento de diferentes cátedras, centros de investigación e institutos dedicados a la difusión del conocimiento de la Empresa Familiar en prácticamente todos los países latinoamericanos, es de destacar el papel que se ha desarrollado en la región del Caribe en los últimos cuatro años en el área de la investigación, asesoramiento y publicaciones en la materia: el Centro de Apoyo a la Empresa Familiar, con el apoyo del INALDE, así como el trabajo de la Universidad ICESI y la Universidad de Externado en Colombia, el IESA y Unitec en Venezuela, y finalmente la encomiable labor desempeñada por la Escuela de Negocios Alta Dirección, originaria de Mendoza, Argentina, que ha llevado su filosofía a quince sedes de doce países de Latinoamérica, orientada a la formación de empresarios responsables del destino, la armonía y la continuidad de sus Empresas Familiares.

Si bien con el paso de los siglos se ha sustituido la tablilla de arcilla por el ordenador portátil, la intención original de la existencia de una cátedra se ha mantenido intacta desde Alejandría: formar y educar a las nuevas generaciones en los conocimientos que el saber y la experiencia han creado. En palabras de Miguel Ángel Gallo: “Hay que aprender de los errores de las Empresas Familiares para no caer en ellos otra vez”.

Artículo publicado orginialmente en la sección editorial de la Biblioteca de la Empresa Familiar Carles Ferrer Salat.

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