lunes, julio 11, 2005

P: Este es el típico caso de una Empresa Familiar: el jefe y padre de cuatro hijos no ha hecho mas que trabajar y ahorrar junto con la inversión, y no quiere dejar el poder, delegar y no avanza con las nuevas tecnologías, así que es una lucha continua con la manera de trabajar en los años 70 hasta la fecha y los actuales hijos con estudios y otras prioridades en la vida, los cuales unos se marchan a trabajar fuera de la empresa familiar y otros se quedan por creer en la continuidad y el decir del jefe de "esto es para vosotros"...

R: ¿Habéis hablado del tema con vuestro padre? ¿Estaría dispuesto a escucharos? Si no es así, ¿estaría dispuesto a escuchar a una tercera persona, a un externo? ¿Por qué no le invitáis a que asista a un seminario sobre Empresa Familiar -a poder ser sobre la sucesión? A lo mejor así se conciencia. Es muy probable que vuestro padre esté sufriendo por esta dificultad de comunicación. Hay que buscar la mejor manera para abrirse. Y sería muy bueno que los hermanos lo hablarais con un espíritu constructivo, y que lograrais un consenso sobre cómo abordar la cuestión. Esto os daría mucha fuerza. Pero lo más importante en estos casos es no dejar que las emociones controlen el proceso, porque entonces todos los esfuerzos se pueden ir al garete.
Hay algo que es un hecho: lo más difícil para un hombre como tu padre es cambiar. Debemos partir de aquí, pues si deseáis procurar alguna mejora en esa actitud, deberéis reconocer cada uno de los pequeños esfuerzos que tu padre haga para aceptar lo que le queréis proponer. Llegado a cierta edad, él debería empezar a entender que la presencia de un cambio en su empresa no es un capricho de sus hijos, es un evento indetenible en la vida. Es por eso que el mejor consejo que alguien te puede hacer: insistid, insistid e insistid, pero siempre con buen tacto, afecto, algo de imaginación y reconociendo los esfuerzos que él haga, pues tarde o temprano, si la intención viene por parte de sus hijos que manifiestan la voluntad de quedarse y luchar por su obra, él terminará entendiendo que lo mejor que puede hacer es cambiar.

Artículo publicado originalmente en la revista Actualidad de la Empresa Familiar, Nº 29, Julio-Septiembre de 2005.

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