P: Tras el fallecimiento de mi padre, de repente hay un interés brutal (y lógico por otra parte) por la empresa, y comienzan las decisiones y votaciones, claro esta que como yo soy mujer y soy la única de mis hermanos que ha trabajado con mi padre, distinta de lo de mis hermanos, el caso es que se están cargando la empresa yo auguro que en menos de un año y ni siquiera me escuchan, me siento muy sola y peor, me siento invalidada. ¿Qué puedo hacer?.
R: El suyo es un típico caso de sucesión no planificada. Es lógico sentirse incomprendido cuando es uno solo el que ha mantenido una relación más estrecha con la empresa que el resto de los hermanos propietarios, pues aunque suene injusto en un principio, ellos tienen tanto derecho como Ud. a ser propietarios de la compañía. Pero lo que sí es injusto para todos (tanto para la empresa como para la familia) es que terminen con el trabajo que fundó y dejó vuestro padre, por no ponerse de acuerdo en una forma efectiva de gestión.
Difícilmente se podrán poner de acuerdo en cómo llevar la empresa si no aprenden a escucharse (esta es la clave de las relaciones en la empresa familiar).
Sugiero buscar ayuda especializada. Los consultores en empresas familiares están muy enterados de cómo lidiar con situaciones como la suya y cuentan con recursos para sanear los problemas a los que pueden estar enfrentándose, siempre y cuando todos colaboren y deseen llevar adelante la empresa.
Puede citarle ejemplos de hijas de empresarios fundadores de empresas que están ayudando con un buen desarrollo de las propiedades y compañías de su familia, por ejemplo en la apertura internacional, donde antes no tenían presencia. Hoy en día tenemos muchas más empresarias que hace tan solo veinte años. Sin bien no es la solución inmediata a su problema, puede ayudar a generar un clima de introducción en el tema de la mujer en la empresa.
Versión en castellano del artículo publicado originalmente en Emprèn.
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