Tanto los criterios de repartición de dividendos, como los planes de compensación y retribuciones por el desempeño laboral, suelen ser los aspectos que más resentimientos y celos suelen generar entre los miembros de una Empresa Familiar: “la paga conlleva mensajes acerca del valor de una persona y le ofrece libertad y seguridad”. Las políticas que se escojan al respecto deben ser claras y explícitas, de manera que no hayan sorpresas al momento de dividir las ganancias de una compañía donde todos trabajan y a la que todos pertenecen.
Cuando se trata de dividendos entre los accionistas, generalmente existe una cláusula que se refiere al criterio de repartición en el acta constitutiva de la compañía, y en esto no debería haber mayor discusión, salvo que se maneje en la realidad de una forma diferente a lo escrito en los estatutos. De ser así, debe hacerse una revisión del proceso y ajustar las políticas a una realidad más conveniente. Suele ocurrir algunas veces que estos dividendos se extienden en forma de bonificaciones a otros miembros de la empresa o a familiares que estén emparentados con los beneficiarios directos. Es así como, por ejemplo, se da el caso del o los hijos de uno de los accionistas que trabajan en la compañía y que reciben dinero como un regalo en calidad de repartición “por mérito”, el cual no se registra en la contabilidad y que corre por cuenta del padre. Lo ideal es que, aclarando estos procesos, se puedan eliminar cualquier tipo de malentendidos y se genere un entorno de mayor justicia y objetividad.
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