martes, enero 27, 2009

Entrevista a Manuel Pavón para la revista Empresa y Finanzas (III y final)

5-. Desde su punto de vista, ¿qué fortalezas presentan estas firmas y qué debilidades?

MP:
Como fortalezas tenemos:

La visión a largo plazo, como una vocación de la empresa familiar de continuidad en las sucesivas generaciones familiares.
La unidad, derivada de los lazos familiares entre los propietarios y gestores de una empresa familiar, que tiene el potencial de generar una unidad de acción, de objetivos y de criterios empresariales que suponen una gran fortaleza en el mercado.
El entusiasmo, cuando las familias empresarias trabajan en la empresa familiar, trabajan para su propio patrimonio, lo cual genera un entusiasmo muy difícil de conseguir en trabajadores de otro tipo de empresas.
La flexibilidad, entendida como la informalidad inherente a las estructuras familiares permite que las decisiones empresariales de la familia empresaria se puedan tomar de una manera mucho más flexible, más rápida y más eficaz que en otro tipo de empresas.
El compromiso, que está relacionado con la motivación hacia el trabajo de calidad, el sacrificio personal que los miembros de la familia mantienen con su empresa.
El sacrificio: en épocas de crisis es cuando mejor se refleja esta fortaleza porque las empresas familiares tienen, inherentemente, una mayor resistencia y su naturaleza les permite adaptarse de manera inconsciente a las circunstancias externas.
Los valores, vistos como el mejor activo de una empresa familiar que comparten los familiares propietarios.

Como debilidades podríamos mencionar:

La pugna de la liquidez de la familia vs. reinversión en la empresa, ya que las empresas familiares tienen una debilidad importante al enfrentarse a una fuente de presión habitual que surge cuando las necesidades de liquidez de la familia compiten con las necesidades de capital propias de la empresa que requiere crecer.
Confundir el capital con el control, ya que su necesidad de control provoca una resistencia peligrosa a la hora de acceder a la financiación externa para enfrentarse a reconversiones y períodos de crecimiento.
La sucesión, como la principal amenaza para la continuidad de la empresa familiar, especialmente en el tránsito de la primera a la segunda generación y de esta a la tercera.
La jubilación del fundador, cuando el líder de la empresa familiar se resiste a jubilarse y no planifica correctamente el proceso de su sucesión, la continuidad de la empresa corre un riesgo muy grave.
El encontrar a un sucesor competente, ya que es frecuente que las familias empresarias no sean del todo objetivas en este aspecto y se dejen condicionar por elementos afectivos y emocionales en escoger al sucesor.
Las rivalidades familiares, del mismo modo que los vínculos familiares y la gran implicación emocional que se produce entre los miembros de una familia empresaria pueden llevarla a la unidad y ser, por lo tanto, un elemento muy importante de fortaleza de la empresa, también se da el caso contrario.
La profesionalización: profesionalizar la empresa familiar implica considerar simultáneamente los aspectos familiares y empresariales, incluso en los aspectos de carácter más emocional y los de carácter más empresarial.

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