lunes, enero 26, 2009

Entrevista a Manuel Pavón para la revista Empresa y Finanzas (II)

3-. ¿Cuáles son los principales problemas que encuentran sus clientes a la hora de gestionar entidades familiares?

MP:
El reto principal al que se enfrentan nuestras empresas familiares en la actualidad es el de la sucesión. Los datos que oficialmente se manejan con respecta al cambio generacional indican que el promedio de vida de este tipo de organizaciones equivale a la vida útil del fundador, 24 años, pero el 70% no llega a superar la segunda generación. Y del 30% sobreviviente, solo la mitad llega a la tercera generación. Es decir, que de casi diez compañías fundadas por emprendedores hace tres generaciones, apenas una se encuentra en manos de sus nietos.
La sucesión no debe entenderse como un evento aislado en la historia de cada empresa familiar. Es un proceso que debe ser previsto y planificado, siempre y cuando la intención de la familia sea que la dirección y propiedad de la empresa siga estando en manos del grupo familiar. En una palabra: no se puede concebir una empresa familiar sana si no piensa y planifica su propio relevo generacional. El problema está en que muchas de las conversaciones que se requieren para abordar en familia este tema requieren de altos niveles de comunicación y visión compartida de un proyecto de futuro de sus miembros, algo en lo que nos hemos especializado desde nuestro despacho, ayudando a las familias a optimizar el desarrollo de su continuidad.
Además de este importante tema, según un estudio que realizamos hace un par de años entre más de 60 casos que llevamos desde el despacho, otras de las razones de demanda frecuente del servicio de consultoría incluyen aspectos como: el Consejo de Familia, el Plan Estratégico Familiar, el Protocolo Familiar o un Diagnóstico Previo de la situación.

4-. ¿Qué futuro augura a la empresa familiar en estos momentos de incertidumbre económica?

MP: En situaciones difíciles las empresas familiares son las que mejor aguantan. Por nuestra experiencia podemos decir que para que una empresa de origen familiar cierre, la situación por la que atraviesa tiene que ser muy complicada.
Puede haber reestructuraciones, pero el empresario familiar es el que tiene más vocación de resistencia ante las adversidades que puede ofrecer al mercado. Creo firmemente que si hay empresas que sobrevivirán este período de incertidumbre serán las familiares, basadas en la fortaleza de sus valores, su visión a largo plazo del negocio y el compromiso de los emprendedores con su proyecto familiar.

Entrevista publicada originalmente en Indicador d'Economia.

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