Craig Aronoff y John Ward basan la gobernabilidad y sus principios en la forma en cómo son tomadas las decisiones en la Familia, ya sea por consenso, por la vía del voto o decisión de una autoridad única. Para cada uno de estos criterios existen mecanismos de implementación en la organización que garanticen su funcionamiento. Por ejemplo: si se adopta la segunda modalidad se debe determinar quiénes tienen derecho al voto (basándose en la participación accionaria, relación filial o posición en la empresa), peso de cada voto, método de simple mayoría, mayorías absolutas o segundas vueltas, cuándo se pierde el derecho al voto, traspaso del derecho a otro miembro en caso de ausencia, etc.
Algunas veces se crean bandos opuestos de decisiones al no llegarse a un consenso, lo que puede originar posturas separadas de políticas, es decir, verdaderos partidos políticos dentro de la Empresa. Por esto deben evaluarse los objetivos de estos patrones, que deben conducir a un buen gobierno que contemple “paz, apoyo, resolución eficaz de conflictos y ausencia de guerras políticas destructivas que permitan alcanzar metas y valores conjuntos”.
A pesar de esto hay que estar alerta en no adoptar un esquema que no funcione en el grupo familiar, tratando de evitar caer “inconscientemente en patrones riesgosos o destructivos en la toma de decisiones y en la comunicación, patrones que pueden amenazar y hasta acabar con sus intereses comunes”.
Una vez que se definen estos criterios se debe establecer la forma de selección de los miembros de la Junta Directiva: la selección de las personas que la integrarán, cómo han de ser seleccionados, tiempo de duración, criterios para los cargos pudiendo ser o no miembros de la familia, asignación de sueldos (si los hubiere), a quiénes se va a considerar familiar, familiar político o no familiar, y bajo qué patrones debe dirigir la Junta. Incluso, deben proyectarse las normas para el desarrollo de Comisiones de Trabajo que designe la respectiva Junta. “El dueño debe tratar de mantener su control personal, pero también ha de permitir que otros participen en la toma de decisiones”.
El Consejo Familiar o de Familia es el ente formal donde se discuten temas relacionados básicamente con la familia, pero velando los intereses de las acciones y la empresa. Con respecto a la importancia de los temas a discutir en las reuniones del Consejo, citan: “la mayoría de las familias resuelve cuestiones tan serias en las celebraciones, los eventos sociales y en las vacaciones o bien por teléfono; ninguno es el medio más adecuado para discutir estos temas. Según nuestro modelo, el mejor lugar es el Consejo de Familia… estas entidades son un excelente recurso de la empresa familiar pues proporciona experiencias satisfactorias que facilitan la especialización, estimula la autodisciplina y la responsabilidad personal”. Y seguidamente justifican cuatro razones para que esta instancia formal definitivamente exista:
1. Es el lugar ideal para que los parientes conozcan sus deberes y derechos sobre la Propiedad y la Empresa.
2. Traza el límite entre la Familia y la Empresa, dando oportunidad para que se discutan temas de la Compañía “sólo en familia”, es decir, entre todos aquellos miembros que constituyen el Círculo Familiar.
3. Es el lugar ideal para no mezclar los negocios con los acontecimientos familiares, respetando sobre todo la importancia de estos últimos.
4. Aporta la estructura ideal para generar la planificación familiar.
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