lunes, octubre 03, 2005

La gestión de Personas en la Empresa Familiar (VIII)

Hay que recordar que hasta en los mejores equipos existen rivalidades entre los integrantes, sobre todo cuando existen varios cracks del juego en escena. Existe un interesante juego de lecciones sobre el trabajo en equipo que se titula ganar el máximo posible (basado en el divertimento matemático el dilema del prisionero), donde después de un análisis de la actuación de cada jugador, lo único que se concluye con severidad es que se gana más cuanto más se coopera.

Por otro lado, es perfectamente plausible una empresa que funciona sin equipos, es decir, centrando la dirección y gestión de la compañía en una persona, para lo cual existen miles de ejemplos de empresas en primeras etapas integradas por un fundador autónomo. Muchas veces, el trabajador solitario es una persona que está justificada por una estructura que se presta a ello. En estos casos, el error sería pretender formar un equipo de trabajo que podría burocratizar la flexibilidad de su propia estructura.

En el otro extremo, no es de extrañar el caso del autónomo que rehúsa el concepto de trabajo en equipo, aún a pesar de que su infraestructura empresarial se lo exige a gritos. Es tan difícil soltar el mando y tan duro saber delegar, que muchas veces asistimos a escenas en compañías donde todo funciona sólo si el jefe lo permite, y muchas decisiones, desde las más triviales hasta las fundamentales tareas de estrategia empresarial, pasan por el único planteamiento, análisis y aprobación de un cerebro. Es algo que debe considerarse seriamente, pues la forma cómo una estructura empresarial puede empezar a tener en cuenta otras opciones de trabajo, puede ser la clave en el avance de muchas empresas ya que suele coincidir el inicio del proceso de la sucesión con la incorporación de los conceptos de trabajo en equipo.

No hay comentarios: