lunes, junio 02, 2008

Innovación en la Empresa Familiar (III y final)

Pero innovar es sobre todo un proceso: exige aceptar un cambio, trabajar la exploración y búsqueda de la visión común del equipo sobre el nuevo proyecto, asumir el compromiso, implantar y seguir la ejecución de la idea. Implica gestión, orden, motivación, liderazgo, recursos, tiempo y esfuerzo. En algunos casos conlleva a la planificada redefinición de los procesos operativos o de comercialización: la idea debe satisfacer criterios que agreguen valor, calidad y conveniencia al cliente, pero por otra parte debe aportar beneficios tangibles a la empresa que no afecten negativamente las condiciones ya establecidas (procesos, controles, costes o productividad). Esta compleja tarea sólo puede llevarse a cabo con la implicación directa de un equipo que asuma sus responsabilidades de forma ordenada y entusiasta, basados en una buena comunicación, respeto mutuo y objetivos comunes. Y para este tipo de retos nada mejor que una empresa familiar que comienza a mirar su realidad de otra forma.

Jacinto (el fundador del caso que se ha expuesto), piensa que se encuentra con la difícil situación de dejar marchar a su hijo como única alternativa de continuidad para aquello que tanto ama, o hacerle un espacio en la empresa, aunque ello le implique perder, en parte, la solidez de su marca y el respeto y la autoridad que él ha sabido ganarse en el sector. Un consultor de empresa familiar comenzaría por hacerle descubrir que detrás de cada propuesta de innovación que se le presenta se esconde la oportunidad de oro de reinventarse y trascender como una familia comprometida con ella misma, con su patrimonio y con su propio proyecto emprendedor.


Este artículo es producto del trabajo realizado dentro del equipo de Garrigues Consultoria de Empresa Familiar

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