La familia Cadbury ha sido innovadora, no solo en el campo de la tecnología y la producción, sino muy especialmente en los procesos de cambio que generaron desde su propia organización. La lucha activa que mantuvieron en sus campañas de defensa de justicia, igualdad y reformas sociales, les llevó a ser pioneros en la industria privada en proponer la abolición de la esclavitud, los períodos de baja maternal, los servicios de transporte para sus empleados, la prohibición del tabaco, la formación de los trabajadores y las normas de higiene y seguridad industrial elementales.
Obviamente, estas ideas revolucionarias no fueron fáciles de implementar en una sociedad industrial floreciente. Muchos fueron los obstáculos a los que tuvieron que enfrentarse. Pero quizás el más difícil vino de la propia competencia. En 1935 Rowntree, una empresa de York, les puso en graves problemas al introducir el “Kit Kat”, una mezcla de chocolate con galleta que rápidamente se convirtió en el producto de su categoría más vendido en el mundo. Para responder, Cadbury puso en marcha un innovador plan publicitario en el que promocionaban los beneficios de consumir su chocolate con el slogan “tómese un vaso y medio de leche”, reforzando de esta forma el carácter saludable del consumo de su golosina.
Una característica de la familia Cadbury en los negocios, ha sido la forma en que cada generación ha contribuido con sus habilidades complementarias: en ingeniería, actitud hacia las ventas, recursos humanos, talento financiero e interés por los avances tecnológicos. Estas virtudes, además de la preservación y respeto por sus valores son las que en el fondo han evitado la rivalidad sucesoria en la familia empresaria a lo largo de estos años y les han permitido fomentar y mantener un espíritu de emprendimiento constante e innovador.
Este artículo es producto del trabajo realizado dentro del equipo de Garrigues Consultoria de Empresa Familiar.
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