Definir qué valores apoyarán el plan de educación: Existen emprendedores que, a pesar de no haber invertido en estudios o planes de carrera que incluyeran estudios de alto nivel, han demostrado una capacidad extraordinaria para conducir el proyecto familiar exitosamente, pues sus familias les enseñaron a vivir y relacionarse teniendo como valores: el respeto por los demás, la responsabilidad y el deber asumido, animándoles a su vez a desarrollar sus talentos. Estos emprendedores han mostrado su alta capacidad para incorporar los aprendizajes obtenidos de sus fracasos y sus éxitos. A pesar de estas características innatas, las familias empresarias que implementen programas o diseñen un plan para el desarrollo de habilidades y talentos que considere a todos sus miembros, es una excelente oportunidad para alinearlos con el proyecto familiar. Por un lado considera las habilidades y fortalezas individuales de los miembros de la familia empresaria, por el otro responde a un conjunto de acciones que los alinea como grupo.
Fomentar el espíritu emprendedor a través de las generaciones: el esfuerzo por dotar a los miembros de la familia de programas que les apoyen a desarrollar sus talentos, sólo será de utilidad para aquellos que estén motivados. Un programa de educación y desarrollo para la familia empresaria sólo tendrá sentido y éxito, si los miembros del grupo familiar están en disposición de participar e incorporarlo como parte de sus responsabilidades. Esta es una realidad que la generación de relevo debe tomar en cuenta para prepararse frente al desafío de asumir el liderazgo del proyecto familiar.
Diseñar un modelo adaptado a cada generación: Uno de los aspectos que determinarán la efectividad de introducir programas de educación en la empresa familiar, se centra en que éste debe adaptarse a las necesidades y características de cada familia y sus miembros. Generalmente, los jóvenes emprendedores tienen la sensibilidad para trasladar lo aprendido en las aulas de clases al negocio familiar. Un escenario diferente viven los miembros de la familia empresaria que se encuentran entre los 50 y 60 años de edad. Para ellos los procesos de formación son más interactivos, y en donde el aprendizaje final se nutre de su experiencia personal. Sin embargo, aunque se marcan diferencias entre las necesidades de cada grupo generacional, estos son complementarios e impactan de forma positiva los resultados del negocio familiar.
Es importante para la familia empresaria que desee potenciar el conocimiento y fortalecer las habilidades de sus miembros, tomar en cuenta las características y capacidades de cada generación, aquellas que les permitirán insertarse en el proceso de contribuir efectivamente con la conservación del legado familiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario