¿Qué es una familia normal?
Quizás es ese estereotipo de
Hollywood: un papá, una mamá y entre dos y cuatro hijos
donde todos son felices, con tiempo para todo y donde
parece que el universo se ha aliado para que todo
funcione bien. Pero eso es Hollywood, no el mundo real.
Hay que huir de quien le prometa que haciendo tal o cual
cosa usted va a conseguir la felicidad, para su familia,
porque este concepto no existe realmente. La felicidad,
dice Punset, es la ausencia del quizás. Basta con tener una
pequeña incerteza, una duda, para que aparezca el miedo,
y anule ese estado de bienestar al que llamamos felicidad
pero, lo sentimos mucho, el mundo es incierto por
naturaleza.
Hoy, el mismo concepto “familia” ha cambiado las
familias de hoy ya no pueden contemplarse como una
entidad formada por un hombre y una mujer unidos en
matrimonio y con dos o más hijos de los que se espera
convivan en el hogar hasta alcanzar la autosuficiencia.
No, hoy hay familias, la mitad de ellas, formadas por dos
adultos que ya tuvieron esa configuración en otra ocasión
y que están formadas por algo así como “nosotros, los
míos, los tuyos y los nuestros” ya sea permanentemente
o en régimen de visitas o con una custodia compartida
con otra familia. Hoy hay familias sin género o de un solo
género, solteros con hijos, casados con hijos ajenos, y un sinfín de combinaciones que hasta hace muy poco eran
inimaginables.
Hoy, las familias viven atomizadas por el planeta, porque
el planeta se nos hizo pequeño, muy pequeño, donde papá
vive en China, y viene de vez en cuando, o donde los
hijos y las hijas viven en diferentes países desde una edad
bastante temprana.
Las nuevas realidades familiares hacen que algunos
pensemos que somos raros, pero no es eso, es que ya no
hay un estándar definido y ahora las familias son
heterogéneas. Por este motivo es un poco alocado afirmar que “mi
familia no es normal”. Cuando nosotros escuchamos esta
frase lo primero que pensamos es “habrá que ver cuán
anormal es esa familia”. ¿Quizás son como la familia
Adams? ¿Quizás son como la familia Trapp? ¿O
estamos frente a un modelo de familia al estilo de Los
Soprano o de los Corleone? Luego, cuando los conocemos, nos damos cuenta de que
no hay nada de eso, que detrás de esa frase se esconde la
falta de reconocimiento y de aceptación al cambio de
quien la pronuncia. Es normal pensar que no es normal
cuando lo normal no es lo normal. Vivimos un momento
mágico, un cambio de época más que una época decambio, hablaremos mucho de ello en este informe
confidencial. Nos enfrentamos al hecho de que por fin
empieza el siglo XXI, tan distinto del XX como lo fue el
XX del XIX. Y se empieza a notar.
¿Qué hacer ahora?
Primero, darse cuenta de qué nos pasa, de que en realidad
estamos anclados en un pasado que se nos va, y no podemos
hacer nada para retenerlo y por eso hemos perdido el control de
nuestra visión.
Hoy el nuevo paradigma es otro, se está instalando muy
rápidamente, sin pararse, y nadie conoce el final. La solución pasa por anticiparse al cambio para poder
protagonizarlo. Podemos mirar cómo pasa o formar parte de él.
Si lo hacemos, si formamos parte de él, sabremos adaptarnos y
ésta es la primera norma, la más importante, de la
supervivencia.
Quien no cambia no mejora, quien no mejora se extingue.
Extracto de la ponencia "¿A qué temen las empresas familiares?", celebrada en el Col·legi
d’Economistes de Catalunya el pasado 18 de febrero de 2016,
en el que Guillermo Salazar (Exaudi) y Ferran Fisas (Transmmission) conversaron acerca de los tópicos más habituales en las
reuniones con los clientes, actuales, pasados y potenciales. Vea el post original en: https://www.linkedin.com/pulse/mi-fam%C3%ADlia-es-normal-ferran-fisas
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